Como los movimientos sociales lo reclaman, y el Sr. presidente lo proclama: Hay que cerrar el congreso.
La pregunta es: ¿Y después qué? ¿Para hacer qué?…
¿Dónde está la trampa finalmente?
En realidad, todos esos procesos viciados, artimañas políticas de las bancadas mayoritarias que defienden el sistema corrupto que ellos han creado. No sirve más que para ganar tiempo y posicionarse mejor en las esferas de influencias del Estado. Con el solo propósito de asegurar sus privilegios y proteger la impunidad y la corrupción.
Ellos se reorganizarán, con el apoyo de los medios de comunicación los cuales les deben favores económicos. Y seguirá la misma historia, con cierre o sin cierre de Congreso hasta las próximas elecciones, como siempre continuarán haciendo promesas a las clases desfavorecidas, éstas otra vez votarán a falta de una visión crítica y comprensión de los procesos sociales y el juego político. De nuevo serán elegidos los mismos, tal vez con nombres diferentes.
Este mito de Sísifo, se eternizará en sufrimiento del pueblo si no se para con un nuevo proyecto político que cierre filas en torno a sus PROYECTOS.
Este es el postulado más pesimista que podemos hacer del posible desenlace electoral inmediato.
Pero, atrevámonos a creer una vez más en la clase trabajadora, los dirigentes políticos honestos, los empresarios que invierten en el Perú, la juventud que está decepcionada de la política, los intelectuales; todas esas fuerzas sociales que claman la verdadera Democracia que brinde trabajo, estudios, progreso económico general.
Podemos hacer diferente el destino del Perú, haciéndonos diferentes.
Creemos que hay una sola manera de deshacernos con prontitud de esta élite política devota del subdesarrollo, que se han enquistado en el Ejecutivo como en el Legislativo: NO VOTANDO POR ELLOS.
Preparémonos en una plataforma amplia con cuadros dirigentes que han hecho prueba de competencias y de trabajo honesto con resultados reconocidos y confirmados por la ciudadanía. Teniendo nosotros una mayoría en las dos cámaras nos evitaríamos todas esas discusiones estériles que ellos viven actualmente. Porque lo que nosotros propugnamos es trabajar, delegar responsabilidades a gente competente, señalar los objetivos claros, controlar los resultados, y utilizar los medios estándares de control de procesos tan elementales como el Planificar, Hacer, Controlar y Actuar.
No debemos perder más tiempo, nuestros jóvenes, las nuevas generaciones merecen un país de calidad, los mayores merecen vivir su jubilación en paz disfrutando de su tiempo, conociendo el Perú o el mundo.
Necesitamos que el País crezca en harmonía, del norte al sur del este al oeste, queremos ver ciudades modernas con infraestructuras de calidad, necesitamos otra ciudad gloriosa como capital para llegar a una descentralización natural de Lima.
Es posible emprender la construcción de la nueva República solo con ciudadanos amantes del país, respetuosos de sí mismos y que comprenden el sentido profundo de Ama Sua, Ama Llulla y Ama Qella.
Sabemos que tenemos un Perú con recursos forestales, mineros, agrícola, pesquero y además con gente preparada que trabajan en la sombra. Potenciemos todas nuestros recursos para mejor posicionarnos en el mundo globalizado y afrontar pragmáticamente las aleas de la economía mundializada.
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